Descripción
Diego Forriol, Cuenca 1972
Se rodea de una amalgama de lenguajes y sobre la misma crea una diferencia, un fino trazo negro que pretende y consigue dar movimiento a cada una de sus obras. Obsesionado con el Río Júcar de todas las maneras posibles en que puede transformarse éste a lo largo del año, le interesa con nieve, con sol, con lluvia, el otoño, la primavera y lo inmortaliza en apuntes tomados con acuarelas en sus cuadernillos de paseo, con fotografías y dibujos realizados en el momento y que luego utiliza para crear.
Le interesa sobre todo la luz y el color que se refleja en el agua, después la traslada a cada obra donde se recrea con una estética vaporosa, difusa y dinámica, minimalista. El paisaje conquense, el río y su ciudad son su mayor preocupación.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.